sábado, 15 de febrero de 2014

Melodía mortal

Había brotado, en medio del huerto, un imponente piano de cola. Mis dedos corrían incesantemente por  las frías teclas poniendo  en cada nota el alma. Mis sueños se materializaban  ante mis ojos y sentía mi cuerpo flotar. Poco a poco había dejado de escuchar el ensordecedor ruido de la ciudad. Estaba tan alto que casi tocaba las nubes y cuando miré hacia abajo mi cuerpo yacía sobre el gélido marfil teñido de rojo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario