sábado, 4 de noviembre de 2017

Una historia más...(3)

Ya han pasado dos días y sigo despertándome con esta sensación, es cómo si ya estuviera todo perdido, pero aún me quedara un rayo de esperanza, lo que queda es el rayo de sol que me está dando en toda la cara. “¡Cierra la ventana! ¡espabila y ciérrala!”, dice mi cerebro que empieza a recalentarse.

Estoy tan ploff que solo mi mente es capaz de moverse, me imagino cerrando la ventana, veo mis piernas dirigiéndome hacia ella, mis manos cerrándola, e incluso corriendo las cortinas para que no entre la claridad del sol… pero sigo en la cama, mirando el móvil y dejando escapar mi pequeña esperanza por la ventana que no he sido capaz de cerrar a tiempo. “¡Cuidado al cruzar la calle!¡No te vayas lejos!”, tendría que haberle dicho eso por si la quiero recuperar.

Escucho el cantar de dos traviesos pajaritos, pero no, esto no es un cuento de Disney, ni son azules ni se apoyan en mi ventana y mucho menos sé qué tipo de pájaros son porque no soy una experta ornitóloga. ¡Vaya! Ya me veo divagando, es el momento de que se me quite la bobería, además el sol ya empieza a ser molesto sobre mi cara, si me ve mi madre va a pensar que su hija es tonta y pondrá todas sus expectativas de futuro en mi hermano. Sinceramente, si las piensa poner en él será mejor que… no las pondrán en él, voy a espabilarme y demostrar que solo han sido un par de días malos. 

Café recién hecho y … espera que agudizo mi olfato. ¡Sí!, mi padre ha ido a comprar churros. Ya es inevitable levantarse de la cama. Zapatillas y legañas, no me olvido nada, lo tengo todo para sentarme a desayunar con la family. ¡El móvil! Se quedó sobre la mesa de noche, quizás en el borde. A lo mejor en la cama, entre las sábanas.

- Tienes una cara horrible hija. No te regañes que eres muy fea. ¿Tienes pelos en el bigote?

¿Bigote?… Vaya manera de animarme papá. ¿Algo más qué decirme? A lo mejor después de decirme bigotuda crees que te queda algo por resaltar de mi belleza salvaje. No me molestaré en contestarle, sería meterme en una conversación extensa y absurda que no nos llevaría a nada, bueno sí, me terminaría diciendo que si sé cocinar no debe preocuparme si tengo o no bigote. Mejor dejo que sigan hablando de sus planes para hoy. Yo también debería hacer algo interesante hoy, divertido, emocionante, espectacular, alucinante, aventurero, fuera de lo normal. ¡Llevaré el perro a pasear! Pero será mejor que primero me adecente un poco para salir a la calle que con estas pintas hasta el perro huye de mí. 

¡Madre mía! A mí me ha mirado un tuerto o media docena porque mi mala suerte no es normal. El móvil en el suelo y la pantalla destrozada. Al final sí me lo había olvidado en el borde de la mesa L ¡Qué descuidada soy!. Es difícil diferenciar qué hay en la pantalla, parece que alguien me ha escrito por whatsapp… ¿él?

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