Abrió la puerta envuelto en lágrimas como ya había hecho otras tantas veces. Yo le perdoné porque el Amor es caprichoso y mi Corazón inocente. Lo recompuse pieza a pieza. Lo remendé con trocitos de esperanza, pero no pude cubrir el vacío que dejaste. Me aferré a él con todas mis fuerzas y le prometí que juntos encontraríamos el Amor. Se secó las lágrimas y regresó a mi pecho.
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